



Bajarnos en Módena fue un regalo inesperado: encontrarnos con una estación de metro intervenida por niños y niñas, donde la participación colectiva es visible en cada rincón. Una muestra de la cultura de la infancia, donde sus voces, gestos e imaginarios transforman los espacios cotidianos en paisajes significativos. Ha sido una de las estaciones más hermosas que he visitado, un testimonio potente de una comunidad que reconoce y celebra la participación activa de la infancia. Gracias, Módena, por recordarnos que los niños y niñas también construyen ciudad.
Domingo 04 de Mayo 2025